autor de l'Histoire des ordres monastiques (a) y Mendo (b). He dicho que Martorell es el primero que publicó esta noticia. Pero la verdad es que la tomó, como la mayor parte de lo que refiere en su libro, de los diálogos inéditos que compuso en catalan á mitad del siglo XVI D. Cristóbal Despuig, y dedicó á D. Francisco de Moncada, conde de Aytona, el qual depositó el original de esta obra en el archivo que tenia en Falset. Era Despuig descendiente: de Mosen: Roger Despuig, uno de los quatro caballe ros que ganaron corona mural en la conquista de Tortosa. He visto copia de este MS., cuyo autor, en prueba de la verdad de este privilegio de la hacha, alega el tes timonio del maestro Baltasar Sorio, que mu rió en esta ciudad en 1557 de edad de mas de cien años, el qual le aseguró que quando vino jóven á Tortosa habia visto algunos de estos escapularios del hacha en casa del ar cediano Estéban Garret, aunque ya mayor entonces no se usaban; y que le contó Francisca Despuig que en sus primeros años es (a) Tom. VIII. pag. 425. (b) De ordinibus militar. pag. 21. taban todavía en uso. Por donde conjeturo que duró esta costumbre hasta principios del siglo XV. Este es el único documento alegado has ta nuestros dias en prueba de aquel hecho puesto en duda por algunos historiadores; no habiendo por otra parte documento auténtico de concesion óprivilegio, y callando la ciudad cosa tan gloriosa quando pi dió á Felipe IV en premio de su fidelidad algunas gracias hacia la mitad del siglo XVII. Tampoco hizo menciona de ello ek mismo rey en el privilegio que dice asis Habiéndonos representado nuestra fidelisi »ma y exemplar ciudad de Tortosa que las "mugeres de ella procedieron en la oca "sion del sitio con mucho valor y afecto á "mi servicio, y particularmente saliérom á »la campaña para conducir dentro la ciu dad las faginas que los ciudadanos cortas "ban para la fortificación, y trabajaron con » igual amor y cuidados en llevar cestones de tierra para levantar las fortificaciones, asistiendo á las facciones con tanto riesgo » y peligro como los soldados mas valero sos, y que de las casas y hacienda llevá "ron muchas veces que comer á las mura »llas para los soldados porque no ¡las desa » amparasen: suplicándonos que en consi"deracion de esto seamos servido hacerles merced á dichas mugeres de concederles franqueza de los derechos de general y bo »lla de todo género de vestidos así de seda » y lana, como de lino que compraren ó en>>traren en dicha ciudad para el uso de ellas, "así para las que hoy son; como las que se »rán perpetuamente; y teniendo presente lo » expresado, de que nos ha constado por relacion del obispo de aquella ciudad, y deseando dar muestras de nuestra gratitud, » hemos condescendido con la peticion de la ciudad; y en su virtud &c."). A pesar de este silencio, que hace gran fuerza segun las reglas de crítica, tengo por cierto el establecimiento de este distintivo del hacha, y su uso hasta el tiem po que he dicho. En prueba de ello bastará advertir que de las ruinas del antiguo cementerio de esta iglesia, del qual hablé en mi carta anterior, se han sacado algunos se pulcros donde está de relieve el hacha. Y como este cementerio servia ya en el siglo XII, se ve que estuvo en uso esta insignia, puesi serlesculpia auh en el sepulcros Ys que estas no fuesen armas de familia, sino cosa pública, la prueba la antigua piedra I |