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DE LA SANTA IGLESIA

DE GERONA

EN SU ESTADO MODERNO.

CAPITULO PRIMERO.

De la parte material de la Santa iglesia de Gerona.

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as noticias de la iglesia de Gerona, reunidas en los dos tomos precedentes, habrán dado al lector la idea digna de una iglesia, que desde la antiguedad mas remota ha llegado á nuestros dias con tal brillo y esplendor, que compite con las primeras, no solamente de España, sí tambien de todo el mundo católico. Su fundacion, que se pierde en la obscuridad de los tiempos, los mártires que la regaron con su sangre, los concilios que sostuvieron el dogma y la moral y arregla

Tomo LXV.

ron la disciplina, la série no interrumpida de obispos sobresalientes, muchos de ellos en santidad y doctrina, la dan un lugar distinguido en la Historia general de la Iglesia. La hemos seguido por mas de quince siglos atravesándolos magestuosa sin eclipsarse totalmente aun á pesar de las irrupciones que desolaron é hicieron desaparecer á otras mucho menos espuestas y perseguidas que la nuestra. Ella fue la primera sobre que pasado el Pirineo cayeron los bárbaros del Norte, cual torA

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rente devastador. Ella fue la que en la irrupcion sarracénica debió sufrir mas en las idas y venidas de los agarenos á las Galias. Tratando en el tomo 43 de la primera de estas dijimos, que la terrible venganza que ejercieron sobre Tarragona por su tenaz y vigorosa resistencia, atemorizó y puso espanto en los habitantes de Barcelona y de Gerona, que capitularon bajo las condiciones de conservar su religion, sus leyes y costumbres, y de quedar con jueces de la tierra que juzgasen y sentenciasen sus diferencias y pleitos. Pero no acostumbran los conquistadores á ser escrupulosos en la observancia de las capitulaciones; y podemos creer, sin faltar á la verdad, que muy luego quitarian á los cristianos su iglesia mayor para convertirla en mezquita. Entonces se bajaiian los canónigos á la iglesia de S. Felix, en donde unidos con los de ésta, continuarian los oficios eclesiásticos del modo que se lo permitiesen las circunstancias, hasta que sacudido enteramente el yugo, volviesen á su antiguo templo, conservando la hermandad con los de San Felix. No es posible saber cuál

fuese entonces la magnificencia del edificio: pero si reflesionamos que restituida la paz á la iglesia por Constantino se apresuraron los cristianos á levantar templos grandiosos, y si consideramos que los gerundenses á ningunos cedian en devocion y celo, bien podremos asegurar que el suyo no sería de los menos magníficos.

2 ¿Pero permanecería hasta la irrupcion de los bárbaros del norte? ¿Se conservaría el mismo en tiempo de los godos? Nada sabemos, ni hallamos documento alguno que nos dé noticia de su parte material hasta el año de 1015 En éste se hallaba restaurada ya la catedral por los cuidados de su obispo Pedro Roger ó Rodgario, quien vendió al conde D. Ramon y á su muger Ermesendis la iglesia de S. Daniel en cien onzas de oro, que se habian gastado en la reparacion del templo, que en la escritura se llama antiquisimo, y antes se hallaba en el estado mas lastimoso. Esta nueva fábrica (que asi la podemos llamar puesto que se reedificaron las paredes, segun la misma escritura) fue consagrada en el año de 1038, como se lee

en el acta copiada en los apêndices al tomo 43; pero deteriorado el edificio, y pareciendo mezquino al buen gusto que iban adquiriendo los canónigos á principios del siglo XIV, trataron de reedificarle y ampliarle, para lo cual formaron un estatuto que está copiado en el libro verde, en que se dice: "Reunido el ca"bildo, segun costumbre, en "la cerca nueva de la iglesia, "decretó, quiso y ordenó que "se levantase de nuevo la ca"beza de la iglesia, y que en "ella se hiciesen nueve capi»llas, y ademas la sacristia en "el dormitorio antiguo." Nombró comisionados para que corriesen con la obra, y fueron el arcediano Ramon de Vilarico y el canónigo Arnaldo de Monrredon. Las palabras del estatuto son las siguientes. Capitulum Gerundense in cerca nova ecclesiæ Gerundensis more solito congregatum, statuit, voluit et ordinavit quod caput ipsius ecclesiæ de novo construeretur et edificaretur, et circumcirca ipsum novem cappellæ fierent, et in dormitorio veteri fieret sacristia. El estatuto es del año 1312. En el anterior habia ocupado la silla Guillermo de Vilama

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rin, quien ciertamente no se halló en el cabildo en que se dió el decreto, puesto que hacia sus veces el Vicario, y constando su ausencia, como dijimos en el tomo 44, pág. 26, es

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probable que esta ausencia influyese en no llevar á efecto el estatuto, pues le hallamos renovado en iguales términos en el año de 1316. En este se dió principio á la obra que podemos suponer concluida en 1345, pues que en este fundó ya un beneficio en la capilla de los mártires, una de las nueve, el comisionado de la obra Arnaldo de Monrredon, obispo ya de Gerona. Prueba ademas estar concluida' la obra el que en el año siguiente se colocó el altar mayor en el sitio que ocupa ahora. Este trozo de fabrica de estraordinaria solidez y de bastante grandiosidad, se ejecutó bajo el plan de tres naves, que por la parte que el estatuto llama cabeza, llega hasta los machones que sostienen el cimborio inmediato á la bóveda del presbiterio. Sin duda hubo algunos que creyeron no seria tan magestuoso el templo, como si se continuase desde alli haciéndole de una nave; pues en

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