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mándola Turiasona Turiasonæ, y alterando despues la primera vocal dijeron Tyriassona y Ty

rasona.

Sostúvose constantemente esta pronunciacion hasta el siglo XIII, durante los tiempos de las iglesias Visigoda y Mozárabe, y aun despues de la reconquista, como se verá por los documentos de aquella época. Pero á mediados del siglo citado alteróse nuevamente la pronunciacion de esta palabra, pues entonces se iba formando el romance en toda aquella parte de Aragon, al paso que se desarrollaba en Castilla la Vieja. En todo el obispado de Tarazona se habla el castellano correctamente, y en los documentos de fines del siglo XII y principios del XII, que se publicarán en los apéndices, redactados aquellos en el latin bárbaro de la época, se verá cómo se iba formando el lenguaje en aquel pais como en Castilla.

El cambio de la palabra Tyrasona en Tarazona parece que se hizo mas bien en Zaragoza, que no en el territorio de la diócesis. Concurrian á la capital de Aragon muchos Catalanes, Lemosines y montañe

ses, cuya pronunciacion mas fuerte y bronca alteraba las palabras. Ello es que aun los Obispos escribian Tyrassona, cuando ya en los documentos de la Cancelaria Real, procedentes de Zaragoza, se halla Tarassona y Tarazona. Ha pasado pues el nombre, desde su origen, por las modificaciones siguientes: Triasu, Turiasu, Turiaso, Tyriason, Tyrasone, Tyrasona, Tyrassona, Tarassoйa Tarazona.

Para concluir la descripcion de Tarazona y su territorio adyacente, resta solo decir en qué concepto ha influido su topografia en las vicisitudes por donde ha pasado, segun se dijo al principio de este capítulo. A pesar de todos los favores con que la naturaleza hermoseó su rico y fértil suelo, no ha podido vencer Tarazona los inconvenientes de su posicion excéntrica.

El Moncayo y el Ebro la comprimen: aquel cierra su horizonte y sus comunicaciones por Occidente, al paso que los pueblos ribereños del otro lado le roban los beneficios de la industria.

Asi como en la época romana fué su territorio frecuente

teatro de las sangrientas luchas entre los Celtiberos y sus tenaces opresores, asi en la edad media fué varias veces ganada por las armas de Castilla; y en otras su territorio, como fronterizo, fué lugar de reunion para treguas, paces, bodas régias y capitulaciones, como queda dicho.

A pocas millas de su término tropieza ya con Monteagudo, Cascante, Hablitas y Tudela, pueblos todos ellos de Navarra, que le cierran el acceso al Ebro; pero sobre los cuales tuvo jurisdiccion espiritual, y aun la conserva en algunos de ellos, ademas de enviarles las aguas que fertilizan sus campos, las cuales bajan todas de Tarazona, siendo esto causa de no pocos pleitos y aversiones. Por la parte de Castilla tiene los pueblos de Alfaro, Agreda y otros varios de tierra de Soria, que siempre fueron de su jurisdiccion espiritual. Pero cuando los Reyes de Aragon luchaban con los de Castilla, y lo mismo sucedia con los de Navarra, estos monarcas hallaban muy licito y sencillo promover conflictos de jurisdiccion entre sus vasallos y la Sede Episcopal. De aqui los frecuentes pleitos con

que esta se vió casi continuamente perseguida, y las rivalidades consiguientes al antagonismo provincialesco.

La concesion del territorio de Calatayud, hecha en el Concilio de Burgos, del modo anomalo que se dijo en el capitulo anterior, fué para Tarazona otro manantial de pleitos y conflictos. Quitándole sus límites naturales, se le compensó con aquel territorio lejano de la Sede y aislado de ella al otro lado del Cauno y del Vadaveron. Alli la distancia excitaba á la insubordinacion, y las distintas organizaciones eclesiástica y política producian escisiones y continuas quejas, pues no podia haber en muchas cosas identidad de intereses ni de disciplina. El territorio de Calatayud formaba una de las tres Comunidades de Aragon, cuerpo brioso y compacto, muy adicto á los Reyes y favorecido de ellos, adverso siempre á la aristocracia, y aun al aumento de la riqueza eclesiástica. Los beneficios de sus iglesias eran todos patrimoniales, y asi eran sus habitantes sumamente adictos á la parroquia, cuyos beneficios habian de ser exclusivamente para sus hijos; pero al mismo

tiempo miraban con prevencion al Prelado y á sus cabildos catedral o colegiales, considerándolas como unas corporaciones que les eran hostiles. De aqui otro manantial de pleitos.

A su vez el cabildo de Tarazona, mirando con prevencion á los cabildos colegiales y privilegiados de Alfaro, Calatayud y Tudela, y al clero de aqueIlos territorios, proveia todas sus vacantes en hijos de Tarazona, de cuya adhesion no podia dudar; viniendo á ser sus prebendas casi patrimoniales. Nuevo manantial de aversiones y recrudescencia de provincialismo, pues á su vez todos aquellos pueblos consideraban al cabildo como adversario suvo.

Si los Obispos se ladeaban al partido de las colegiatas y sus territorios, no siempre lograban atraerlos, y suscitaban contra si la rivalidad y prevenciones del cabildo: pero si el Obispo hacia causa comun con el

cabildo, los territorios privilegiados acudian á los Reyes de Castilla, Navarra y aun á veces de Aragon, contra el Obispo y su cabildo catedral.

Esta es, en compendio, la historia del obispado de Tarazona, por consecuencia de su posicion excéntrica en la frontera de tres reinos; esta la clave de casi todas las vicisitudes de que se dará cuenta en el presente tratado.

Resta ahora hacer la reseña de los principales pueblos de la diócesis, y sobre todo de los que ejercieron mayor influencia en aquellas vicisitudes, en su mayor parte y por fortuna ya casi relegadas completamente al olvido, efecto de las nuevas ideas, de las modificaciones introducidas por el Concordato, y de las aflicciones de la Iglesia, que no permiten pensar en ciertos asuntos, á que daban lugar la mayor riqueza y prosperidad de otros tiempos.

CAPITULO CUARTO.

Antigüedades en los pueblos mas notables del obispado de Tarazona.

Los muchos pueblos de origen celtibero y romano que comprende el obispado de Ta

TOMO XLIX.

razona, hacen que sea de necesidad el describir sus antigüe dades romanas, al paso que en

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otras pudiera ser trabajo de mera erudicion.

Cuatro municipios de esta diócesis acuñaron medallas, y y algunos en gran número: Bilbilis, Cascantum, Gracurris y Turiaso. Algunas de ellas las tienen tambien celtiberas. No hace al caso reproducir aqui las que ya publicó el P. Florez en su coleccion, adonde se pueden

ver.

Se ponen tambien los nombres de algunas ciudades, que caprichosamente colocaron varios escritores dentro del obispado, haciendo reducciones arbitrarias, en las que fué desgraciado el Regente Villar, en su Patronato de las iglesias de Calatayud: tambien Argaez hizo algunas con poca exactitud. Conviene deshacer estas equivocaciones, porque a veces alucinan á personas poco instruidas, y fomentan preocupaciones insostenibles.

AGREDA.

Por mucho tiempo se quiso suponer que estaba situado en este pueblo el municipio de Gracurris. Posteriormente se creyó que estuviese en Grávalos. Hoy dia se cree mas bien

que fuera poblacion de origen celtibero, y que deban reducirse á ella las inscripciones que se hallan en las monedas con los nombres de Arecradz, que parecen decir Aregrados, ó Aregrada, segun el sistema del señor Delgado. Cortés, en su Diccionario (1), cree que Complega, poblacion inmediata á Carabi (que se supone cerca de Magallon), es sinónima de Comphloenta, y que deben una y otra reducirse á la villa de Agreda. Pero no creo muy aceptable esta conjetura, pues Comphloenta era pueblo arevaco, y el primero de ellos que cita Ptolemeo.

El P. Argaez le buscó origen en un templo que supuso habia alli dedicado á la Emperatriz Agripina, y al efecto trae una inscripcion impertinente, añadiendo que luego alli se puso una Virgen llamada de Agripina y Agripeña, que es la actual efigie de la Virgen de la Peña. Cuentos y delirios son estos que ni aun merecen refutacion.

ALFARO.

Su nombre mismo está indi

(1) Diccionario geográf. V. COMPLEGA.

cando que allí hubo algun faro ó torre de vigia, para vigilar aquel territorio y los vados próximos del Ebro, como punto de Castilla metido dentro de Navarra, y no lejos de las fronteras de Aragon. Cerca de ella, y en sus términos, desemboca en el Ebro el rio Alhama, que, viniendo de la sierra del Madero, pasa por Fitero, Cintruénigo y Corella.

Argaez quiso reducir al término de Alfaro la Varia ó Verea de los Verones, fundándose en antiguos mapas y en el falso privilegio de los Votos de San Millan, donde Sandoval puso à Varia con Centronica y Tarazona. Pero el mismo Argacz no se muestra muy satisfecho de estas razones, y ningun critico puede colocar á Varia en Alfaro, siendo ya corriente su situacion en Barea, junto à Logroño (1).

Tiene Alfaro una iglesia colegial bajo la advocacion de San Miguel, pero de construccion moderna, como se dirá al hablar del origen del Real Patronato en ella, pues ningun vestigio queda ni de su antiguo

(1) Véase el Diccionario de Rioja, por el Sr. Govantes.

castillo ni de la primitiva iglesia colegial, de la que solamente se sabe el sitio en que estuvo.

AQUÆ BILBILITANORUM.

Consta en los itinerarios como mansion en la via que iba por Bilbilis á Zaragoza, y se infiere de esta denominacion que el municipio de Bilbilis daba su nombre á toda aquella tierra. El nombre de Alhama se lo dieron los Arabes por los baños templados que hay en ella, los cuales gozan de gran celebridad.

Pudiera conjeturarse que estaria tambien allí el templado baño de Congedo, de que habló Marcial, Tepidumque natabis Congedi vadum, pues una cosa tan memorable como aquellas beneficiosas aguas no podian olvidarse al poeta, cuando describia todo lo mas notable de la Celtiberia por aquella parte.

ATTACUM (ATECA).

Pueblo no lejos del anterior, situado tambien sobre la via de Zaragoza y entre Boverca y Bilbilis, aunque no lo nombran los itinerarios, como tampoco á Boverca por su proximidad, pues de Alhama á Bilbilis solamente

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