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designan fijamente los puntos donde predicó, si bien los que se citan con mas o menos certeza corresponden á la Tarraconense, pero ninguno al obispado de Tarazona. Tambien sobre la predicacion de San Pablo en este punto hizo el P. Argacz extravagantes conjeturas.

Otros dos predicadores del Evangelio dieron los falsos Cronicones á Bilbilis y demas pueblos de la parte oriental del obispado. El autor del falso Juliano inventó por Apóstol de aquella ciudad á San Juan Marcos, discípulo de San Pedro, y Argaez supone que le enviaria este apóstol desde Tarazona. El mismo señala otros dos Santos, hijos de aquella ciudad, y predicadores del Evangelio en ella; el uno llamado San Nestor, y el otro San Paterno, que despues fué Obispo de Elusa y Constanza. La existencia y santidad de San Paterno, Obispo de Constanza, son indudables; pero que fuera natural de Bilbilis y que viniera á predicar á ella son dos patrañas, que no tienen mas fundamento que de cirlo asi el Cronicon llamado de Hauberto, fingido por los falsarios del siglo XVII. Con todo, la mentira tomó allí tanto cuer

po, que se edificó capilla á San Paterno en la iglesia colegial de Santa Maria de Calatayud, donde se le pintó predicando á sus paisanos de Bilbilis: establecióse su fiesta el dia 15 de Setiembre, y todavia en él concurre el pueblo en romeria al lugar de Huermeda, situado al pie del monte Bambola y de las ruinas de la antigua Bilbilis. ¡Tanto puede una mentira revestida de apariencias de piedad!

Desembarazados de este cúmulo de patrañas, resta solo confesar ingénuamente, que nada de cierto se puede asegurar acerca del origen del cristianismo en Tarazona y dentro de los limites de su diócesis. Pero, si es lícito sustituir á los datos históricos, que faltan, algunas conjeturas probables, no será aventurado suponer, que habiendo predicado Santiago en Zaragoza, segun la opinion piadosa, fundada y constante de la Iglesia Española, pasaran algunos de sus discípulos á predicar el Evangelio en aquellas poblaciones contiguas é importantes, segun se ha demostrado en el capítulo anterior. Bursada, Bil bilis, Balsio, Cascantum y Turiaso figuran en los Itinerarios romanos, como mansiones ó pun

tos de parada en las principales vias de España. Siendo tambien todas ellas dependientes de Casaraugusta, no es conjetura gratuita el suponer que los discípulos de Santiago salieran de aquella ciudad á predicar el Evangelio en estas poblaciones, muy importantes todas ellas entre los Celtiberos estolados.

La Iglesia de Tarazona ha sido mirada siempre como una de las mas antiguas y célebres de España, con silla constantemente fija y estable en la misma ciudad, sin que se haya suscitado duda ni dificultad ninguna acerca del nombre ni del paraje de ella. Aunque las injurias del tiempo, el rigor de las persecuciones y las calami

dades de las guerras nos hayan robado las noticias primitivas de la predicacion del cristianismo en ella, tampoco se ha puesto duda alguna en que fuera cátedra episcopal desde los primeros siglos de aquel.

La primera noticia cierta é indudable de Obispo en Tarazona, se refiere á mediados del siglo V. Pero ese Obispo no seria el primero de Tarazona. No eran tiempos aquellos para establecer nuevas sillas, y no se hacia poco en conservar las antiguas. Al hallar pues un Obispo cierto en aquella época, podemos conjeturar que hubo otros anteriores, aunque ignoremos sus nombres y sus hechos.

CAPITULO SEXTO.

Episcopologio de la Iglesia de Tarazona hasta la época de la reconquista.

Dejando à un lado los Obispos fabulosos, de quienes se hablará mas adelante, al tratar de los Santos apócrifos, y tambien los Obispos Juan, Celsino, Sancho, San Prudencio I, San Sinesio, Athenodoro, Narciso, Paulato, San Julio, San Eutro

pio y San Salustio, que solo existieron en la cabeza del P. Roman de la Higuera, y de los otros patrañeros de su tiempo, que fingieron y divulgaron los falsos Cronicones, vengamos al primero cierto que nos presenta el Cronicon auténtico de Ida

ció; pues antes de él nada se halla consignado en monumentos dignos de crédito.

LEON.

Año 449.

Era esta la época en que los bárbaros del Norte acababan de repartirse el rico suelo de nuestra patria. Los Godos, como auxiliares de los Romanos, combatian contra los Suevos y contra los mismos indigenas. Los generales romanos, enervados por la molicie y dominados por la codicia, se dejaban vencer cobardemente por los Suevos, y volvian afrentados con ignominiosas derrotas: en tales casos solian suplir con la traicion y la perfidia lo que les faltaba de valor y pujanza, como habian hecho sus antepasados no pocas veces con los Celtiberos y otros Españoles. La raza indigena, oprimida á la vez por los Romanos, Suevos y Godos, se sublevaba contra todos ellos, apelando a las guerrillas, el gran recurso de los Españoles en los casos extremos y apurados. Aquella táctica, practicada en otro tiempo felizmente por Viriato, se renovó en el siglo V,

TOMO XLIX.

á pesar de los cuatro siglos de dominacion romana; y los guerrilleros, conocidos con el nombe Bacaudas ó Bagaudas, combatian contra todos los opresores de España, lo mismo Bárbaros que Romanos.

Entre las matanzas de Bagaudas, que refiere Idacio, la mas atroz es la que se verificó en Tarazona el año 449, y con visos de perfidia y sacrilegio, á lo que se puede juzgar por las concisas y oscuras frases de aquel historiador.

Rechiario, Rey de los Suevos, casado con una hija de Teodoredo, Rey de los Godos, vino por el mes de Febrero de aquel año, robando y talando toda la Vasconia, cuyos limites llegaban hasta dos leguas de Tarazona, como queda dicho. Los Bagaudas del territorio se reunieron en esta ciudad, y puede ser que se fortificaran en la catedral. Una tradicion de Tarazona asegura que la catedral antigua estuvo en la parroquia de la Magdalena, junto al sitio donde está hoy el palacio episcopal, llamado por los Arabes la Zuda, y despues el alcázar de Hércu les. Si la catedral estuvo alli algun tiempo, debió ser en la época de los Godos, pues pos

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teriormente nunca estuvo allí, aunque alguna vez se quiso trasladarla, ó volver á colocarla en aquel sitio. Quizá en el siglo V la fortaleza de aquel paraje indujo á los Bagaudas á convertir la iglesia en baluarte contra los opresores del pais. Un general romano, llamado Basilio, entró en Tarazona y reuniendo á los Bagaudas, pasó á cuchillo á los confederados, que estaban reunidos en la iglesia con el Obispo de la misma, llamado Leon. La oscuridad de la frase y la falta de otras noticias no permiten comprender quiénes eran los confederados y para qué, pero puede conjeturarse que en la matanza de aquellos Bagaudas y del Obispo Leon hubo mas de perfidia que de valor, ó que los Bagaudas habian sido congregados allí á pretexto de una confederacion.

Las palabras de Idacio son estas: «Basilius ob testimonium >>egregii ausus sui congregatis »>Bacaudis in Ecclesia Tyraso»ne foederatos occidit, ubi et »Leo eyusdem Ecclesiæ Episco»pus ab iisdem qui cum Basilio »>aderant in eo loco obiit vulne>>ratus.» Aparece que el Obispo fué asesinado por la gente del general Basilio, y que lo fué en

la misma iglesia (in eodem loco). Como los Bagaudas eran españoles, y como tales católicos y representantes de la causa de independencia, es muy honroso para la Iglesia de Tarazona que el primer Obispo de quien tenemos noticia cierta muriera por tan noble causa.

Pocos años despues (465) tuvo lugar el ruidoso suceso del Obispo Silvano de Calahorra, de quien se quejaron el Obispo de Zaragoza y el Metropolitano de Tarragona al Papa San Hilario, por las ordenaciones indiscretas y usurpatorias que hacia contra los cánones y los mandatos del Metropolitano, y su concilio provincial. Entre los que disculparon ante el Papa la conducta de Silvano aparecen en primer lugar los de Tarazona y Cascante (1).

Escasas son estas noticias, pero aun asi no deben tenerse en poco refiriéndose á una época tan antigua como oscura.

PAULO (dudoso).

En las suscriciones de los

(1) Véase el tomo 34 de la España Sagrada, relativo á la santa Iglesia de Calahorra.

Obispos que asistieron al Concilio provincial de Tarragona, confirma un Obispo de Empurias, llamado Paulo. En algunas copias se le hacia Obispo de Tarazona, por lo cual quedó dudosa su procedencia, si bien hoy es mas general y autorizada la opinion que le hace Obispo de Empurias, y le elimina del catálogo de Tarazona (1). Con todo, conviene consignarle aqui, aunque no sea sino como dudoso, por si acaso aparecen otros códices, ó documentos, que acrediten lo contrario..

SAN GAUDIOSO.

Escasas son las noticias que tenemos acerca de este Santo Prelado, y no muy antiguos los testimonios en que se fundan. Segun las lecciones del Breviario de Tarazona, fueron sus padres un noble godo, llamado Gunta, al servicio del Rey Teodorico, y su mujer llamada Neumacia ó Neumantia.

Habiendo tardado muchos años en tener descendencia, pusieron el nombre de Gaudioso al hijo que Dios les concedió,

(1) Véase el tomo 42 de la España Sagrada, pág. 267.

en testimonio del regocijo que tuvieron con su nacimiento. Deseando devolver á Dios lo que de su mano habian recibido, cual á otro Samuel, lo entregaron á San Victorian (1), que à la sazon estaba en el monasterio de Asanio, llegando á ser uno de los principales discípulos de aquel célebre maestro de la vida espiritual; y elevado por su gran reputacion y la fama de sus virtudes à la cátedra episcopal de Tarazona, trabajó con grande aliento por la pureza de la fé católica, combatida entonces por el predominio que gozaba entre los Visigodos la heregia arriana; anhelando en premio de sus esfuerzos la palma del martirio, que por entonces lograron el Papa Juan, el patricio Simaco y el poeta Boecio.

Yendo á visitar el monasterio Asaniense, en que se habia criado, cayó enfermo en el pueblo de Escorón, que era de su familia, y allí murió santamente, despues de haber recibido los Santos Sacramentos, el 5 de Noviembre, en cuyo dia señalaba su festividad el Breviario de

(1) Véase el tomo anterior de la España Sagrada.

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