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ni in eadem Ecclesia. .

LXXXII. Donatio arcis Regiæ

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CIV.

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DE LA SANTA IGLESIA DE TARAZONA.

CAPITULO PRIMERO.

Descripcion de la Celtiberia en general.

Ocupa el obispado de Tarazo y poblacion en diferentes pun

na una grande y principal parte de la Celtiberia, teatro de las hazañas de una célebre y belicosa raza. El escritor, que mas seguros y abundantes datos nos ha dejado acerca de aquel pais, es el geógrafo Estrabon (1). Consigna este las tradiciones mas antiguas acerca de la invasion de los Celtas, sus expediciones

(1) Libro 3.°

TOMO XLIX.

tos de España.

Es indudable que á las conquistas de los Tirios y Cartagineses precedió una invasion de los Celtas en España, y que estos aportaron á ella por los Pirineos. Los Celtas que permanecieron en Francia se llamaron Celto-galos, pero los que pasaron á España conservaron el nombre de Célticos en unos puntos, y en otros el de Celtiberos, no por estar situados á las márgenes

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del Ebro, sino por haberse mezclado con los Iberos, bien fueran estos otra tribu procedente de la Tracia, bien se diera este nombre á los aborigenes del pais que media entre el Ebro y el Pirineo. De la union de las dos razas céltica é ibera resultaron los Celtiberos, que constituyeron una confederacion pujante y valerosa, la cual por espacio de doscientos años defendió contra los Romanos la independencia de su territorio, y aun pudiera decirse la de España.

Las conquistas de los Celtiberos fueron de norte à mediodia, como las de los Bárbaros del siglo IV, sus afines. Atravesando el Pirineo los Celtas se mezclaron con los Iberos á las márgenes de aquel rio. La idea de esta fusion se halla consignada en casi todos los poetas españoles, depositarios, por lo comun, de las tradiciones populares.

Nos Celtis genitos et ex Iberis,

decia Marcial; y Lucano en su Farsalia (lib. 3):

....Profugique à gente vetusta Gallorum Celte, miscentes nomen Iberis.

Casi con las mismas palabras consigna esta idea Silio Itálico (1).

Los Celtiberos tenian ademas de la afinidad de raza, religion y costumbres, lenguaje comun y peculiar escritura, de que nos quedan vestigios en las numerosas medallas, que acuñaban muchas de sus ciudades, y de que, por fortuna, ha llegado hasta nosotros una cantidad considerable, á pesar de la dominacion romana y de las invasiones de los Godos y Musulmanes. Encuéntrahse sobre todo en el territorio del obispado de Tarazona, como veremos luego.

Indica Estrabon que los Celtiberos obligaron á entrar en su Confederacion á muchas de las regiones circunvecinas, dándoles su nombre: Celtiberi aucti potentia à se etiam regionibus omnibus circumyacentibus nomen fecerunt y que si ellos y los Berones hubieran sabido unirse no hubiera sido posible á los Romanos conquistarlos: Qui si conjunctis viribus tueri se voluissent numquam licuisset, neque Carthaginensibus, incursione facta mayorem Hispaniæ partem nemine prohibente subigere, ne

(1) Libro 3.o, verso 340.

que ante hos Tyriis et Celtis, qui nunc Celtiberi et Berones dicuntur. Infiérese de estas últimas palabras que la raza que poblaba la Celtiberia, antes de la invasion de los Celtas, era una raza vigorosa, lo mismo que la de los Berones, y que hubiera podido oponerse á la invasion Céltica si hubiera tenido union entre sí. El deslindar si esta raza primitiva, anterior á la de los Celtas, era la tubalítica ó la ibérica, si el nombre de Iberos se dió á los aborigenes anteriores á los Celtas, o bien fueron procedentes de las inmediaciones del mar Caspio, donde estaban el Ebro y la Iberia Oriental, son cuestiones ajenas de este lugar y de averiguacion harto difícil. Pero si parece que los Iberos estaban ya posesionados de España cuando los Celtas arribaron á estos paises, y que las dos razas no transigieron, sin haberse hecho antes dura guerra, como dijo Diodoro de Sici

lia (1). Pero ademas de estos Celtiberos quedaron en otros puntos

(1) Lib. 5.o, pág. 356 de la edicion de Amsterdam en 1746, por Weseling. Hi duo enim populi, Iberes et Celtæ, cum de agris quondam disceptarent, pace tandem inita, regionem promiscue incoluere.

de España descendientes de los Celtas. Tales eran los Célticos de la Bética y Lusitania, que ocupaban las márgenes del Guadiana (1). Unidos estos Célticos con los Turdulos hicieron una incursion, en la cual llegaron hasta el rio Limia (Limœo), dentro de Galicia. Pero habiendo muerto su caudillo y faltando la subordinacion, de resultas de un motin que entre ellos hubo, se dispersaron, quedándose establecidos en aquel pais, por lo que dieron al rio aquel nombre, que equivale al de olvido. Por esta razon expresa el mismo geógrafo, que los Artabros de Galicia eran Célticos, paisanos de los que estan á las márgenes del Guadiana, y de acuerdo en esto con lo que habia dicho Pomponio Mela, el cual, despues de hablar de los Turdulos, el Monda y el Duero, dice: ad promontorium quod Celticum vocamus extenditur. Totam Celtici colunt sed à Durio ad flexum Gravii fluuntque per eos Avo Celadus, Nabis, Minius et cui oblivionis cognomen est Limia... In ea (ora) primum Artabri sunt, etiam nunc, Celticæ gentis, deinde Astures... In Celticis aliquot

(1) Estrabon.

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